Hoy, más que nunca, queremos que nos invites a tu casa
La experiencia que hemos vivido a nivel mundial debido al COVID-19 nos ha conducido a una situación un tanto incongruente: nos hemos encerrado en casa y al mismo tiempo la hemos abierto. Sigue leyendo, que te explico…
La emergencia sanitaria nos ha impedido relacionarnos con otras personas de manera física como medida de prevención frente al contagio, y esto ha generado cambios en nuestra vida: el teletrabajo, los ERTE, ocuparse de los hijos mientras no podían ir al colegio… Todas estas situaciones han surgido a raíz de tener que estar encerrados en casa.
Al mismo tiempo, esto nos ha llevado a abrir nuestra casa a los profesores de nuestros hijos, a la profesora de pilates, a la instructora de mindfulness, a un entrenador personal que no conocía de antes o incluso a compañeros de trabajo a los que nunca había invitado a venir.
Hacíamos esta invitación a través de un móvil, tableta u ordenador, y gracias a ellos cada día mostrábamos una zona distinta de nuestro hogar. Así, lo que antes parece que requería un nivel de confianza elevado o suponía traspasar las barreras que separan lo laboral y lo personal,
Dio un giro total de la noche a la mañana
Hemos acercado a personas del ámbito profesional a nuestra vida personal, lo cual genera cercanía emocional a pesar de la distancia física
También hemos conocido a algunos nuevos miembros de la familia de manera inesperada, y se ha puesto a prueba la capacidad de adaptación de cada uno a la hora de afrontar cambios.
María y yo nos consideramos unos afortunados, ya que durante este confinamiento hemos tomado café en muchos hogares donde antes no había surgido la oportunidad, y hemos disfrutado de momentos intensos, dada la incertidumbre con la que hemos compartido la situación.
Al principio parecía que estar encerrarnos en casa nos iba a alejar de otras personas, y los que trabajamos para empresas pensamos que tendríamos que bajar la persiana temporalmente, pero nada más lejos de la realidad. Muchas personas nos han ofrecido pasar un rato con ellas, en sus casas, y algunas vivían en lugares que de manera presencial probablemente no hubiéramos podido conocer. En un mismo día visitamos Corella, Tudela, Santesteban, Zaragoza, Pamplona, Bilbao y Zarautz sin perder tiempo en desplazarnos, sin gastar en peajes ni contaminar, sin cansarnos por tener que conducir.
¿Cómo crees que ha influido esta situación en la confianza y la conexión de las personas de tu empresa?
¿Cómo lo has vivido tú?
Nosotros estaremos encantados de que nos invites a tu casa, porque ha quedado demostrado que vernos en directo a través de la pantalla también conecta, aporta, transforma situaciones difíciles e impulsa hacia el cambio.
0 comentarios